El último informe del Economist Intelligence Unit (EIU) sobre los mejores lugares para hacer negocios ha revelado cambios significativos en los rankings de Chile y Argentina. Estos cambios reflejan las dinámicas políticas y económicas que están moldeando el entorno empresarial en ambos países.

Chile, a pesar de mantener su liderazgo en América Latina, ha experimentado una caída notable en el ranking global, pasando del puesto 22 al 30. Este descenso se atribuye a una serie de políticas desfavorables para los negocios implementadas bajo el gobierno de Gabriel Boric. Entre estas políticas se incluyen restricciones en el sector del litio, que es crucial para la economía chilena, y leyes laborales más restrictivas que han aumentado los costos operativos para las empresas. Además, la creciente polarización política y el aumento de la criminalidad han contribuido a una mayor inestabilidad, afectando negativamente la percepción del país como un destino atractivo para la inversión extranjera.

En contraste, Argentina ha mostrado una mejora en su posición, avanzando bajo el liderazgo del presidente Javier Milei. El país ahora se ubica en el puesto 54 del ranking global. Este avance se debe en gran parte a las expectativas de reversión de políticas intervencionistas que han frenado el crecimiento económico en el pasado. Bajo la administración de Milei, se espera una liberalización del comercio y la implementación de medidas para estimular la inversión extranjera, especialmente en los sectores minero y energético.

Argentina enfrenta obstáculos significativos en el Congreso, donde las reformas propuestas por Milei deben ser aprobadas. Además, los sindicatos, que tienen una fuerte influencia en el país, también representan un desafío para la implementación de estas políticas.